¿Sabías que el aprendizaje de la alfabetización, ya sea en lenguaje o en música, no comienza con un libro o un instrumento, sino con estímulos sensoriales simples como una sonaja? Percibir el mundo a través de nuestros sentidos es el primer paso en el camino para dominar habilidades cognitivas complejas como la lectura, la escritura o tocar un instrumento musical. Vamos a explorar cómo funciona este proceso y por qué el concepto de una "sonaja" es tan importante para desarrollar la alfabetización.
La Sonaja como el Primer Punto Sensorial
La sonaja no es solo un juguete; es una de las primeras herramientas educativas en la vida de un niño. Es brillante, ruidosa y fácil de agarrar con manos pequeñas. Pero, ¿qué la hace especialmente importante? Todo tiene que ver con las vibraciones que se producen al jugar con la sonaja. Las vibraciones son uno de los primeros canales sensoriales que un niño desarrolla mientras aún está en el útero. Cuando un bebé juega con una sonaja, son las vibraciones del sonido las que captan su atención y activan su enfoque visual.
Estos primeros puntos sensoriales ayudan a los niños a desarrollar habilidades cognitivas básicas: la percepción visual y auditiva, la coordinación de movimientos y las relaciones de causa y efecto. Cada vez que un niño sacude la sonaja y escucha su sonido, aprende que sus acciones pueden producir resultados específicos. Esta experiencia sienta las bases para formas de aprendizaje más complejas, como la alfabetización en lenguaje y música.
La Imagen Informativa como una Continuación de la Experiencia Sensorial
A medida que el niño crece, su aprendizaje se vuelve más estructurado, pero la base sigue siendo la misma: la percepción sensorial. Aquí entra en juego el concepto de la imagen informativa: una herramienta visual que ayuda a conectar símbolos abstractos, como letras o notas, con imágenes y sonidos concretos.
Las imágenes informativas no son solo imágenes. Cumplen la misma función que la sonaja: conectan sensaciones visuales, auditivas y táctiles, creando una percepción holística de la información. Por ejemplo, al aprender el lenguaje, la letra "A" puede estar representada junto a una manzana, lo que ayuda al niño a vincular el sonido de la letra con la imagen del objeto. En la música, un principio similar puede usarse para memorizar notas y su ubicación en el pentagrama.
Punto Sensorial en el Aprendizaje de la Alfabetización Lingüística
La alfabetización lingüística comienza cuando el niño aprende a percibir y reconocer símbolos y sonidos. Aquí, los puntos sensoriales juegan un papel crucial. Un ejemplo simple son los métodos de lectura basados en fonética, donde los sonidos de las letras se vinculan a imágenes o acciones específicas. Esta conexión fortalece la comprensión del niño sobre la estructura sonora del lenguaje, facilitando el proceso de aprendizaje de la lectura y la escritura.
Al igual que con la sonaja, la información se transmite a través de múltiples canales sensoriales: la vista (letra), el oído (sonido) y las sensaciones táctiles (proceso de escritura). Esto proporciona una percepción más profunda de la información y ayuda a que se absorba de manera más efectiva.
Punto Sensorial en el Aprendizaje de la Alfabetización Musical
La alfabetización musical, al igual que la lingüística, requiere el desarrollo de habilidades sensoriales, pero en una forma aún más compleja. Las notas musicales, los ritmos y las melodías requieren la integración de la percepción visual, auditiva y motora. Aquí es donde entra en juego el concepto de "punto sensorial" en la música, similar a la sonaja.
En el sistema Soft Mozart desarrollado por Hellene Hiner, cada nota se convierte en un "punto sensorial", combinando la representación visual de la nota, su sonido y sus características temporales. Este sistema permite a los estudiantes percibir fácilmente elementos musicales complejos, desarrollando su coordinación, oído musical y memoria. Al igual que la sonaja enseña al niño a interactuar con el mundo, el sistema Soft Mozart le enseña a interactuar con la música, haciéndola accesible y atractiva.
Conclusión: La Sonaja como Metáfora del Aprendizaje Exitoso
Así, el enfoque de la "sonaja" o del punto sensorial es clave para una alfabetización exitosa. Ya sea que el niño esté aprendiendo letras o notas, los puntos sensoriales lo ayudan a conectar símbolos abstractos con sensaciones concretas, creando asociaciones fuertes en su mente. Estas experiencias tempranas sientan las bases para habilidades más complejas como la lectura, la escritura y tocar un instrumento musical.
Apoyarse en los canales sensoriales establecidos —la vista, el oído, el tacto y, por supuesto, la percepción de las vibraciones— juega un papel fundamental en la pedagogía científica. Después de todo, cada uno de nosotros comenzó con algo simple, pero tan esencial, como una sonaja.