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Hellene Hiner's Blog
Todos podemos ser Músicos: Defensa de la Música
18 Feb 2015 20:31 #18056
by hellene
En cualquier actividad, la llave poderosa para realizarla es la motivación. Necesitar llevar a cabo tal actividad. La necesidad es creada por la sociedad. Lo que se considera importante es desarrollado en nuevas dimensiones. El conocimiento impopular se desvanece. En una sociedad analfabeta, la necesidad de libros desaparece. En una colectividad en la cual solamente algunos pueden leer partituras, a la literatura musical se le ve con reticencia – es algo raro que sólo puede encontrarse en tiendas de música especializadas.
¿Fue antes diferente? No embelleceré la situación: la mayoría de la sociedad ha sido siempre iletrada musical. Pero antes, más personas de forma persistente buscaban una educación musical. Para llenar la propia vida con música, una persona debía tocar y escuchar música ya que la ejecución era en vivo. Cualquier individuo que podía tocar un instrumento y tocar libremente leyendo las notas, era tratado con respeto y se le tenía en alta consideración. Por eso personas de todas las clases sociales buscaban aprender la gramática musical.
Sin embargo, solamente gente con recursos podía tener acceso a una educación musical apropiada. La habilidad para comprender y ejecutar música seria era considerada uno de los más altos honores. La gente se inclinaba ante los “músicos talentosos.” La alta sociedad ocupaba su tiempo libre asistiendo a los teatros para disfrutar de la ópera y las orquestas filarmónicas. La “gente promedio” también quería asistir a estos espectáculos, aunque estuvieran en la galería sin asientos, pero tenían la oportunidad de escuchar buena música. La élite a menudo abría salones musicales e invitaba a los virtuosos concertistas. Sin lecciones musicales apropiadas, la educación de la aristocracia no era considerada “adecuada” y por eso la clase media tenía un gran respeto a la música.
Esto sucedía en los Siglos XVIII y XIX, la “Edad de Oro” del progreso musical. Era considerado elegante escuchar y entender diferentes géneros musicales. A la sociedad no le faltaba público ni admiradores, ¡tenían más que suficientes! La sociedad necesita artistas talentosos y brillantes que impacten al público, lo alienten y lo conmuevan. “La Edad de Oro” formó el sistema elitista de educación musical. La pedagogía musical pocas veces tuvo que ver con personas comunes y corrientes.
Las Instituciones musicales de Europa se ocuparon con pasión por el arte de los artistas profesionales. La educación de nuevos virtuosos – ¡eso fue lo que trajo el placer de los educadores! La necesidad de las personas con dones musicales ordinarios no les interesaba para nada ¿Para qué gastar el tiempo con “las masas sin talento” cuando se podía tomar a un alumno talentoso y dar a conocer su nombre a través de él? Este era el lema de muchos de los educadores musicales de ese tiempo. Y en conjunto todavía es el lema hoy en día.
La regla es que los talentos musicales se revelan desde temprana edad y son excepcionalmente convenientes para el educador: no hay razón para romperse la cabeza buscando métodos especiales para desarrollar el oído musical o la memoria. Se simplifica la tarea: usando las habilidades con las que cuenta el alumno, solamente se requiere desarrollar la técnica de tocar y ayudarlo a alcanzar el nivel profesional.
Imaginemos al jardinero que no puede hacer crecer flores de las semillas. Compra entonces arbustos, los hace crecer un poco más, y se enorgullece de las espléndidas plantas en las que se convierten. Y tan convencido está de su métodos que proclama que las semillas son incorregibles y una invención sin utilidad.
Igual que este jardinero, los educadores musicales han declarado que los alumnos sin talento son caso perdido. No quieren sembrar las semillas para crear y desarrollar el oído musical, la memoria, la entonación de la voz y el sentido del ritmo. El criterio para la admisión en las escuelas de música se ha convertido en las habilidades musicales de la población. Durante el siglo pasado, los graduados tenían que pasar varias pruebas en las que debían cantar una melodía mientras marcaban un ritmo diferente y separar movimientos de intervalos por oído.
Pero el más grande filtro para los niños que no eran lo suficientemente talentosos era el mismo proceso de educación. Se orientaba conscientemente hacia aquellos que no necesitaban desarrollar su oído musical ¡Es un hecho que desde entonces, la educación musical no ha cambiado mucho! Sigue orientada hacia las personas con talento, sin dar oportunidad al resto, aún cuando quieren realmente aprender.
La educación musical no quiere convertirse en lo que debería ser: una actividad reveladora. De manera irresponsable ha aislado a la selecta minoría del resto y en gran parte ha dejado de ser pedagógica. Es exactamente por esto que hay tantos errores absurdos y hábitos de raíz ofensivos en nuestras escuelas de música: La mayoría de la gente no comprende el valor que tiene el lenguaje de la música. Existe una inhabilidad pedagógica para desarrollar el oído y la voz en las personas comunes. La persistente necesidad de seguir el programa, o mejor, ir un paso delante de él. La falta de tolerancia ante los errores de ejecución de los principiantes. La despectiva consideración a los aficionados, también una inhabilidad infinita de comprender que la música es una necesidad de cada persona para su crecimiento personal y espiritual. La exigencia de cada principiante debería ser, convertirse en un maestro de concierto.
A diferencia del resto de nuestra economía, nuestro sistema de educación musical no tiene una “clase media”, existe solamente un reducido grupo de élite y la mayoría completamente analfabeta musical. Nadie quiere entender que esta situación pone a la música como una forma de arte, en el camino de su ocaso.
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19. De cómo la Educación Musical llegó a un Callejón sin Salida
[/b]En cualquier actividad, la llave poderosa para realizarla es la motivación. Necesitar llevar a cabo tal actividad. La necesidad es creada por la sociedad. Lo que se considera importante es desarrollado en nuevas dimensiones. El conocimiento impopular se desvanece. En una sociedad analfabeta, la necesidad de libros desaparece. En una colectividad en la cual solamente algunos pueden leer partituras, a la literatura musical se le ve con reticencia – es algo raro que sólo puede encontrarse en tiendas de música especializadas.
¿Fue antes diferente? No embelleceré la situación: la mayoría de la sociedad ha sido siempre iletrada musical. Pero antes, más personas de forma persistente buscaban una educación musical. Para llenar la propia vida con música, una persona debía tocar y escuchar música ya que la ejecución era en vivo. Cualquier individuo que podía tocar un instrumento y tocar libremente leyendo las notas, era tratado con respeto y se le tenía en alta consideración. Por eso personas de todas las clases sociales buscaban aprender la gramática musical.
Sin embargo, solamente gente con recursos podía tener acceso a una educación musical apropiada. La habilidad para comprender y ejecutar música seria era considerada uno de los más altos honores. La gente se inclinaba ante los “músicos talentosos.” La alta sociedad ocupaba su tiempo libre asistiendo a los teatros para disfrutar de la ópera y las orquestas filarmónicas. La “gente promedio” también quería asistir a estos espectáculos, aunque estuvieran en la galería sin asientos, pero tenían la oportunidad de escuchar buena música. La élite a menudo abría salones musicales e invitaba a los virtuosos concertistas. Sin lecciones musicales apropiadas, la educación de la aristocracia no era considerada “adecuada” y por eso la clase media tenía un gran respeto a la música.
Esto sucedía en los Siglos XVIII y XIX, la “Edad de Oro” del progreso musical. Era considerado elegante escuchar y entender diferentes géneros musicales. A la sociedad no le faltaba público ni admiradores, ¡tenían más que suficientes! La sociedad necesita artistas talentosos y brillantes que impacten al público, lo alienten y lo conmuevan. “La Edad de Oro” formó el sistema elitista de educación musical. La pedagogía musical pocas veces tuvo que ver con personas comunes y corrientes.
Las Instituciones musicales de Europa se ocuparon con pasión por el arte de los artistas profesionales. La educación de nuevos virtuosos – ¡eso fue lo que trajo el placer de los educadores! La necesidad de las personas con dones musicales ordinarios no les interesaba para nada ¿Para qué gastar el tiempo con “las masas sin talento” cuando se podía tomar a un alumno talentoso y dar a conocer su nombre a través de él? Este era el lema de muchos de los educadores musicales de ese tiempo. Y en conjunto todavía es el lema hoy en día.
La regla es que los talentos musicales se revelan desde temprana edad y son excepcionalmente convenientes para el educador: no hay razón para romperse la cabeza buscando métodos especiales para desarrollar el oído musical o la memoria. Se simplifica la tarea: usando las habilidades con las que cuenta el alumno, solamente se requiere desarrollar la técnica de tocar y ayudarlo a alcanzar el nivel profesional.
Imaginemos al jardinero que no puede hacer crecer flores de las semillas. Compra entonces arbustos, los hace crecer un poco más, y se enorgullece de las espléndidas plantas en las que se convierten. Y tan convencido está de su métodos que proclama que las semillas son incorregibles y una invención sin utilidad.
Igual que este jardinero, los educadores musicales han declarado que los alumnos sin talento son caso perdido. No quieren sembrar las semillas para crear y desarrollar el oído musical, la memoria, la entonación de la voz y el sentido del ritmo. El criterio para la admisión en las escuelas de música se ha convertido en las habilidades musicales de la población. Durante el siglo pasado, los graduados tenían que pasar varias pruebas en las que debían cantar una melodía mientras marcaban un ritmo diferente y separar movimientos de intervalos por oído.
Pero el más grande filtro para los niños que no eran lo suficientemente talentosos era el mismo proceso de educación. Se orientaba conscientemente hacia aquellos que no necesitaban desarrollar su oído musical ¡Es un hecho que desde entonces, la educación musical no ha cambiado mucho! Sigue orientada hacia las personas con talento, sin dar oportunidad al resto, aún cuando quieren realmente aprender.
La educación musical no quiere convertirse en lo que debería ser: una actividad reveladora. De manera irresponsable ha aislado a la selecta minoría del resto y en gran parte ha dejado de ser pedagógica. Es exactamente por esto que hay tantos errores absurdos y hábitos de raíz ofensivos en nuestras escuelas de música: La mayoría de la gente no comprende el valor que tiene el lenguaje de la música. Existe una inhabilidad pedagógica para desarrollar el oído y la voz en las personas comunes. La persistente necesidad de seguir el programa, o mejor, ir un paso delante de él. La falta de tolerancia ante los errores de ejecución de los principiantes. La despectiva consideración a los aficionados, también una inhabilidad infinita de comprender que la música es una necesidad de cada persona para su crecimiento personal y espiritual. La exigencia de cada principiante debería ser, convertirse en un maestro de concierto.
A diferencia del resto de nuestra economía, nuestro sistema de educación musical no tiene una “clase media”, existe solamente un reducido grupo de élite y la mayoría completamente analfabeta musical. Nadie quiere entender que esta situación pone a la música como una forma de arte, en el camino de su ocaso.
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18 Feb 2015 20:45 #18057
by hellene
Por supuesto que entre los músicos del pasado había algunos que abogaban por la iluminación musical; en 1862 una Escuela de Música Libre (EML) fue fundada en San Petesburgo por dos prominentes compositores llamados Gavril Lomakin y Miliy Balakirev. La EML existió por un buen tiempo. Garantizaba una educación musical preliminar a todos aquellos que lo deseaban y realizaba un amplio rango de actividades de concierto. Por varios años fue dirigida por Nikolai Rimsky-Korsakov y bajo su dirección, la escuela se convirtió en el centro de interpretación de la nueva música rusa.
El apoyo de reforma ruso fue todavía más lejos; en 1906, bajo la iniciativa del compositor Taneev y otras figuras de la cultura rusa, se organizó el Conservatorio del pueblo en Moscú. Se había formado para difundir la educación musical entre la población, enseñar el arte del canto coral y descubrir gente talentosa que pudieran aprender a tocar instrumentos de forma privada.
A partir de entonces, el canto coral ha sido considerado la única mejor forma de difundir la literatura musical. No es difícil entenderlo; estudiar en un coro ha sido la única manera accesible y asequible de actividad musical para las masas. Pero como ha sido explicado, el canto coral restringe altamente las habilidades musicales y por lo tanto no provee una educación musical completa.
A principios del siglo XX tres compositores profesionales desarrollaron las ideas de educación musical pública. Aplicaron sus sistemas originales en escuelas públicas. Zoltan Kodai (1882-1967), un famoso compositor Húngaro y pedagogo sugirió un método que desarrollara el oído musical y la voz. Karl Orf (1895-1982) una figura prominente alemana, introdujo a la gente a la música a través del sentido del ritmo. El compositor soviético Dimitri Kabalevski (1904-1983) hizo más accesible la comprensión de los géneros y estilos. Los logros de estos prominentes defensores es indudable y sus contribuciones para introducir a la gente a la música son enormes. Desafortunadamente, ninguno de estos nuevos sistemas ha resuelto el principal problema de la educación musical: el problema de la literatura musical universal.
Ni cantar en un coro con los símbolos de la mano de Kodai, ni la participación en las sonoras orquestas de Orf, tampoco la habilidad para diferenciar un vals de una marcha con el sistema de Kabalevski pueden mejorar la habilidad del niño para leer, escribir y pensar en el lenguaje musical.
Los métodos de enseñanza del pasado conforman lo que era posible en ese momento. Hasta finales del siglo XX no se podía pensar que era posible enseñar a una clase entera a tocar el piano al mismo tiempo, o que leer notas podía enseñarse con un simple programa de computación. En nuestros días, estas viejas consideraciones no se usan y sólo dañan. Es tiempo de examinar nuestros hábitos: el mundo ha cambiado y tenemos toda un almacén de posibilidades en nuestras manos.
Reconozcamos algunos hechos obvios de una vez por todas: La educación musical está fuera de moda. Los coros públicos, bandas y orquestas no están cambiando la situación. Sin público educado, el arte de la música continúa declinando.
Una educación en música no debería ser para los talentos aún no nacidos sino una creación consciente de ellos desde la nada. A la edad de 4-5 años cualquier niño es capaz de comprender el lenguaje musical y tocar el piano sin dificultad. Lo único que se necesita es un método de educación que corresponda. Este método existe y lo estoy ofreciendo a todo aquel que lo quiera.
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20. ¿Qué clase de Epifanía podría salvar a la Música?
[/b]Por supuesto que entre los músicos del pasado había algunos que abogaban por la iluminación musical; en 1862 una Escuela de Música Libre (EML) fue fundada en San Petesburgo por dos prominentes compositores llamados Gavril Lomakin y Miliy Balakirev. La EML existió por un buen tiempo. Garantizaba una educación musical preliminar a todos aquellos que lo deseaban y realizaba un amplio rango de actividades de concierto. Por varios años fue dirigida por Nikolai Rimsky-Korsakov y bajo su dirección, la escuela se convirtió en el centro de interpretación de la nueva música rusa.
El apoyo de reforma ruso fue todavía más lejos; en 1906, bajo la iniciativa del compositor Taneev y otras figuras de la cultura rusa, se organizó el Conservatorio del pueblo en Moscú. Se había formado para difundir la educación musical entre la población, enseñar el arte del canto coral y descubrir gente talentosa que pudieran aprender a tocar instrumentos de forma privada.
A partir de entonces, el canto coral ha sido considerado la única mejor forma de difundir la literatura musical. No es difícil entenderlo; estudiar en un coro ha sido la única manera accesible y asequible de actividad musical para las masas. Pero como ha sido explicado, el canto coral restringe altamente las habilidades musicales y por lo tanto no provee una educación musical completa.
A principios del siglo XX tres compositores profesionales desarrollaron las ideas de educación musical pública. Aplicaron sus sistemas originales en escuelas públicas. Zoltan Kodai (1882-1967), un famoso compositor Húngaro y pedagogo sugirió un método que desarrollara el oído musical y la voz. Karl Orf (1895-1982) una figura prominente alemana, introdujo a la gente a la música a través del sentido del ritmo. El compositor soviético Dimitri Kabalevski (1904-1983) hizo más accesible la comprensión de los géneros y estilos. Los logros de estos prominentes defensores es indudable y sus contribuciones para introducir a la gente a la música son enormes. Desafortunadamente, ninguno de estos nuevos sistemas ha resuelto el principal problema de la educación musical: el problema de la literatura musical universal.
Ni cantar en un coro con los símbolos de la mano de Kodai, ni la participación en las sonoras orquestas de Orf, tampoco la habilidad para diferenciar un vals de una marcha con el sistema de Kabalevski pueden mejorar la habilidad del niño para leer, escribir y pensar en el lenguaje musical.
Los métodos de enseñanza del pasado conforman lo que era posible en ese momento. Hasta finales del siglo XX no se podía pensar que era posible enseñar a una clase entera a tocar el piano al mismo tiempo, o que leer notas podía enseñarse con un simple programa de computación. En nuestros días, estas viejas consideraciones no se usan y sólo dañan. Es tiempo de examinar nuestros hábitos: el mundo ha cambiado y tenemos toda un almacén de posibilidades en nuestras manos.
Reconozcamos algunos hechos obvios de una vez por todas: La educación musical está fuera de moda. Los coros públicos, bandas y orquestas no están cambiando la situación. Sin público educado, el arte de la música continúa declinando.
Una educación en música no debería ser para los talentos aún no nacidos sino una creación consciente de ellos desde la nada. A la edad de 4-5 años cualquier niño es capaz de comprender el lenguaje musical y tocar el piano sin dificultad. Lo único que se necesita es un método de educación que corresponda. Este método existe y lo estoy ofreciendo a todo aquel que lo quiera.
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18 Feb 2015 20:49 #18058
by hellene
La grabación de sonido ha producido una revolución en la vida musical de las personas; para escuchar música cuando uno quiera, ya no es necesario tocarla. Todo un ejército de cantantes, orquestas y artistas caben ahora en un bolsillo y uno puede decidir qué escuchar con solamente oprimir un botón. La habilidad para tocar instrumentos y especialmente tener el conocimiento de las notas, no significa hoy en día nada para el público en general. Músicos y cantantes llegan a los grandes escenarios sin saber absolutamente nada de la gramática musical – y se enorgullecen de ello.
Un nuevo estándar se ha establecido en la sociedad, representado en una canción de Chuck Barry: “Roll over, Beethoven ”, La gente no necesita ya músicos para escuchar música; únicamente seleccionan lo que quieren en una tienda de música o en línea. “Ustedes no quisieron enseñarnos y ahora podemos vivir sin ustedes” es la esencia de la situación presente entre la población y los músicos profesionales. La educación musical se apartó de la sociedad y ahora la sociedad la mira con el mayor desdén y apatía.
En musicología, nuevas tendencias han aparecido: dicen que la habilidad para escribir notación musical es un atributo innecesario del arte musical y muchos géneros contemporáneos (jazz, rock, folklore) simplemente no lo necesitan. Ellos llegan hasta afirmar que el conocimiento de la gramática musical es NEGATIVO para el desarrollo de los músicos de rock y pop. Además dicen que no sabiendo leer notas, protegen su propia originalidad. Y en realidad, los autores de música pop contemporánea lo hacen muy bien sin ningún conocimiento musical serio. Es completamente suficiente para los músicos trabajar solamente con su oído musical. Los aparatos electrónicos ofrecen la habilidad de manipular de forma ilimitada los sonidos, las computadoras permiten la reorganización de orquestas enteras y los programas de computación pueden traducir sonidos en notación musical sin la participación humana. Un músico ahora sólo necesita pensar una melodía, tocarla y organizar un acompañamiento sobre ella. Después el programa puede traducirla en una partitura, o más frecuentemente, simplemente grabarla y convertirla en una pista de audio.
Realmente estas nuevas posibilidades de la tecnología son sorprendentes. Pero las máquinas no pueden crear . La calidad de la música es un producto del más alto nivel del intelecto humano. Y como lo era antes y lo es ahora, lo mejor, las más interesantes composiciones musicales son creadas por aquellos con una educación musical más elevada. Esto es porque el dominio del lenguaje musical solamente se puede realizar a través de la alfabetización musical.
Atestiguando las experiencias de mis compatriotas ucranianos en Houston, Tx, me fue mostrado el destino del lenguaje verbal bajo las condiciones de inmigración. Los hijos de muchos de los inmigrantes podían solamente hablar en la lengua de sus padres, pero no podían leerla o escribirla. Estos niños rápidamente perdieron el Ucraniano y prefirieron pensar y hablar en Inglés. Su vocabulario pronto se redujo y se secó, como la piel de asno en la famosa novel de Balzac. Esto es normal – para que se desarrolle, un lenguaje debe ser nutrido por varias fuentes: libros, artículos, noticias, composiciones personales y cartas. Solamente leer y escribir puede desarrollar el vocabulario de cada persona y esto significa que el pensamiento creativo en el lenguaje es también requerido.
La habilidad de escribir música no es simplemente una tarea pragmática; es la máxima condición para el desarrollo del pensamiento musical y del intelecto. Uno puede traducir sonidos en notación musical con la ayuda de una máquina pero ésta nunca será capaz de ampliar su propio intelecto usando este método. De hecho, mientras que algunos músicos continúan analfabetos, su pensamiento musical patina en el lugar. Y mientras se queda varado en un lugar, el pensamiento se reduce inevitablemente al nivel de cacofonías rítmicas o primitivas, con aburridas repeticiones. Este es exactamente el nivel que ha sido por mucho tiempo demostrado por los DJ´s de los clubs y la mayoría de los grupos de rap y tecno.
Oyentes alimentados con este tipo de ‘música’ difícilmente optarán por algo más avanzado. Un mínimo de música y un máximo de ritmo son información no para el cerebro sino para los reflejos. Al igual que las danzas tribales, la ‘danza’ contemporánea se dirige al instinto primitivo y tiene más bien una influencia hipnótica. 120 percusiones por minuto y un ritmo de golpeteo entran sigilosamente en el subconsciente en un nivel exclusivamente psicológico.
La música es parte del mundo personal del oyente. Díganme qué tipo de música escuchan y les diré quiénes son. Cuando el verdadero pensamiento musical falta y la composición odiosa y monótonamente se repite en círculos, el oyente siente desesperación y cae en depresión. Es como si esta música justificara su discordia con el mundo. No es una coincidencia que este tipo de música sea un símbolo de intimidación y protesta. Puede provocar una creciente ola de energía y una tormenta de agresión, ultraje y tentación de devastación y autodestrucción.
Las formas primitivas de música no pueden en absoluto desarrollar el oído, memoria y percepción sin mencionar el gusto. Este abismo entre las masas de admiradores y los géneros serios musicales se extiende. La música culta se está aislando y volviendo más elitista, mientras que el lenguaje de la música va por el camino del latín, que solamente se utiliza en medicina y biología avanzadas.
Por supuesto, uno puede argumentar acerca de la evolución de la música. Es posible que la aleación de la tecnología y el intelecto musical causarán algún tipo de descubrimiento y nada más. Pero me refiero a lo que debimos haber llegado. Y ahora, la música profesional es como un árbol con muchas ramas pero sin raíces. Aún la relativamente simple música clásica melódica de la “Edad de Plata” tiene cada vez menos admiradores. Nuevos trabajos, al parecer, están aislados y condenados a la completa falta de comprensión de parte de las masas.
TRADICIÓN CONTRA PROGRESO
La música es un lenguaje y estudiar música es similar a aprender un idioma diferente. El aprendizaje se basa en simples leyes de percepción, memoria y el desarrollo de habilidades. A un ritmo gradual, con elementos de diversión y con una evaluación racional de los resultados, la persona se familiarizará con la música de una manera fácil y relajada. En contraste, si uno es incapaz de mantener sus ‘hábitos’ desarrollados, las leyes de la percepción y desarrollo mental, entonces poco puede lograrse en el estudio.
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21. ¿La Era de la Música Tecnológica?
La grabación de sonido ha producido una revolución en la vida musical de las personas; para escuchar música cuando uno quiera, ya no es necesario tocarla. Todo un ejército de cantantes, orquestas y artistas caben ahora en un bolsillo y uno puede decidir qué escuchar con solamente oprimir un botón. La habilidad para tocar instrumentos y especialmente tener el conocimiento de las notas, no significa hoy en día nada para el público en general. Músicos y cantantes llegan a los grandes escenarios sin saber absolutamente nada de la gramática musical – y se enorgullecen de ello.
Un nuevo estándar se ha establecido en la sociedad, representado en una canción de Chuck Barry: “Roll over, Beethoven ”, La gente no necesita ya músicos para escuchar música; únicamente seleccionan lo que quieren en una tienda de música o en línea. “Ustedes no quisieron enseñarnos y ahora podemos vivir sin ustedes” es la esencia de la situación presente entre la población y los músicos profesionales. La educación musical se apartó de la sociedad y ahora la sociedad la mira con el mayor desdén y apatía.
En musicología, nuevas tendencias han aparecido: dicen que la habilidad para escribir notación musical es un atributo innecesario del arte musical y muchos géneros contemporáneos (jazz, rock, folklore) simplemente no lo necesitan. Ellos llegan hasta afirmar que el conocimiento de la gramática musical es NEGATIVO para el desarrollo de los músicos de rock y pop. Además dicen que no sabiendo leer notas, protegen su propia originalidad. Y en realidad, los autores de música pop contemporánea lo hacen muy bien sin ningún conocimiento musical serio. Es completamente suficiente para los músicos trabajar solamente con su oído musical. Los aparatos electrónicos ofrecen la habilidad de manipular de forma ilimitada los sonidos, las computadoras permiten la reorganización de orquestas enteras y los programas de computación pueden traducir sonidos en notación musical sin la participación humana. Un músico ahora sólo necesita pensar una melodía, tocarla y organizar un acompañamiento sobre ella. Después el programa puede traducirla en una partitura, o más frecuentemente, simplemente grabarla y convertirla en una pista de audio.
Realmente estas nuevas posibilidades de la tecnología son sorprendentes. Pero las máquinas no pueden crear . La calidad de la música es un producto del más alto nivel del intelecto humano. Y como lo era antes y lo es ahora, lo mejor, las más interesantes composiciones musicales son creadas por aquellos con una educación musical más elevada. Esto es porque el dominio del lenguaje musical solamente se puede realizar a través de la alfabetización musical.
Atestiguando las experiencias de mis compatriotas ucranianos en Houston, Tx, me fue mostrado el destino del lenguaje verbal bajo las condiciones de inmigración. Los hijos de muchos de los inmigrantes podían solamente hablar en la lengua de sus padres, pero no podían leerla o escribirla. Estos niños rápidamente perdieron el Ucraniano y prefirieron pensar y hablar en Inglés. Su vocabulario pronto se redujo y se secó, como la piel de asno en la famosa novel de Balzac. Esto es normal – para que se desarrolle, un lenguaje debe ser nutrido por varias fuentes: libros, artículos, noticias, composiciones personales y cartas. Solamente leer y escribir puede desarrollar el vocabulario de cada persona y esto significa que el pensamiento creativo en el lenguaje es también requerido.
La habilidad de escribir música no es simplemente una tarea pragmática; es la máxima condición para el desarrollo del pensamiento musical y del intelecto. Uno puede traducir sonidos en notación musical con la ayuda de una máquina pero ésta nunca será capaz de ampliar su propio intelecto usando este método. De hecho, mientras que algunos músicos continúan analfabetos, su pensamiento musical patina en el lugar. Y mientras se queda varado en un lugar, el pensamiento se reduce inevitablemente al nivel de cacofonías rítmicas o primitivas, con aburridas repeticiones. Este es exactamente el nivel que ha sido por mucho tiempo demostrado por los DJ´s de los clubs y la mayoría de los grupos de rap y tecno.
Oyentes alimentados con este tipo de ‘música’ difícilmente optarán por algo más avanzado. Un mínimo de música y un máximo de ritmo son información no para el cerebro sino para los reflejos. Al igual que las danzas tribales, la ‘danza’ contemporánea se dirige al instinto primitivo y tiene más bien una influencia hipnótica. 120 percusiones por minuto y un ritmo de golpeteo entran sigilosamente en el subconsciente en un nivel exclusivamente psicológico.
La música es parte del mundo personal del oyente. Díganme qué tipo de música escuchan y les diré quiénes son. Cuando el verdadero pensamiento musical falta y la composición odiosa y monótonamente se repite en círculos, el oyente siente desesperación y cae en depresión. Es como si esta música justificara su discordia con el mundo. No es una coincidencia que este tipo de música sea un símbolo de intimidación y protesta. Puede provocar una creciente ola de energía y una tormenta de agresión, ultraje y tentación de devastación y autodestrucción.
Las formas primitivas de música no pueden en absoluto desarrollar el oído, memoria y percepción sin mencionar el gusto. Este abismo entre las masas de admiradores y los géneros serios musicales se extiende. La música culta se está aislando y volviendo más elitista, mientras que el lenguaje de la música va por el camino del latín, que solamente se utiliza en medicina y biología avanzadas.
Por supuesto, uno puede argumentar acerca de la evolución de la música. Es posible que la aleación de la tecnología y el intelecto musical causarán algún tipo de descubrimiento y nada más. Pero me refiero a lo que debimos haber llegado. Y ahora, la música profesional es como un árbol con muchas ramas pero sin raíces. Aún la relativamente simple música clásica melódica de la “Edad de Plata” tiene cada vez menos admiradores. Nuevos trabajos, al parecer, están aislados y condenados a la completa falta de comprensión de parte de las masas.
TRADICIÓN CONTRA PROGRESO
La música es un lenguaje y estudiar música es similar a aprender un idioma diferente. El aprendizaje se basa en simples leyes de percepción, memoria y el desarrollo de habilidades. A un ritmo gradual, con elementos de diversión y con una evaluación racional de los resultados, la persona se familiarizará con la música de una manera fácil y relajada. En contraste, si uno es incapaz de mantener sus ‘hábitos’ desarrollados, las leyes de la percepción y desarrollo mental, entonces poco puede lograrse en el estudio.
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18 Feb 2015 20:52 #18059
by hellene
Una persona tiene muchos canales de percepción – una enorme oleada de información viene fundamentalmente del exterior a través de los órganos sensoriales. Tratamos de nombrar todo en lo que nos fijamos – damos a cada suceso un nombre y recopilamos definiciones. Memorizando y dándoles voz a estas palabras, es como si hiciéramos estos sucesos parte de nosotros mismos, parte de nuestra conciencia. Todo lo que es pronunciado y nombrado se guarda en nuestra memoria en forma de imágenes familiares. Específicamente con la ayuda de estas imágenes podemos pensar. Podemos razonar y especular usando nuestra imaginación. Y entonces aparece el deseo de influenciar el orden de los eventos – una urgencia de crear.
El aprendizaje de algo nuevo conlleva un gradual incremento en conocimiento y experiencia. Todos sabemos esto, pero solamente el pedagogo excepcional realmente lo entiende. La principal palabra aquí es “gradual”. El principio de gradualidad está en la base de cualquier educación. Literalmente significa que cada paso o habilidad debe ser adquirida completamente, ejercitada hasta la condición de libre aplicación. Y si esto no ha sucedido todavía; continuar, ir por algo nuevo es antinatural e inaceptable. La progresión significa que cada alumno, únicamente, de acuerdo a sus propias peculiaridades, defina la velocidad a la cual aprenderá algo nuevo. El problema en la educación surge sólo cuando el profesor comienza a pedir aquello que no es posible, aún no desarrollado e incompleto.
Nueva información es aceptada solamente cuando estamos listos para ella. Algo nuevo que aprender debe ser un desarrollo lógico del conocimiento ya adquirido. Un nuevo ejercicio es una consecuencia directa de habilidades que ha se han trabajado. Aquello que ya ha sido adaptado es el único soporte para algo nuevo. Cualquier cosa que no ha sido adaptada es rechazada por nuestra percepción; para nosotros, lo que es ajeno es simplemente peso muerto.
Cuando se asimila algo nuevo, se añade otro escalón a la escalera que se está construyendo, elevándola un peldaño hacia arriba. Antes de afianzar el nuevo escalón no se puede poner peso sobre él. Claro que es posible forzar a una persona a pararse en este escalón – pero ella simplemente se deslizará y caerá.
Nuestras tradicionales clases de músicas están llenas de tropiezos y caídas! Mantener las manos de cierta manera, sentarse derechos, dirigir la mirada a la partitura, tocar sin errores y dinámicamente; el profesor pide que el alumno haga todo esto al mismo tiempo sin darle la oportunidad de desarrollar al menos una de estas habilidades! Si solamente le brindara la oportunidad con alguna de estas por un lapso de tiempo hasta dominarla.
Un buen ejemplo de aprendizaje gradual es el uso de cubos alfabéticos cuando se enseñan las letras. Aquí esta el cubo con la figura de una manzana. El símbolo junto a la manzana es una clase de letra. El niño ya sabe cómo es una manzana y sabe decir la palabra “manzana”, también sabe que la letra “M” existe en el alfabeto. Esto lo ha escuchado y entendido desde hace un tiempo y este es su soporte, su “escalón” en la escalera. Ahora lo que falta es dar el otro paso hacia el siguiente escalón y saber cuál es el nombre del cubo. La figura de la manzana es un indicio. El nombre de la letra es la respuesta a la pregunta a la cual el niño puede responder. Esto es por lo cual la respuesta es percibida y se convierte en parte de su experiencia.
De todos modos, el tiempo para los cubos se termina pronto; cuando el niño va a la escuela, entra rápidamente en el mundo de los “programas de educación”. Qué gradualidad hay aquí! Después de la educación primaria, una catarata de información cae sobre el niño. No hay tiempo para dominar estas habilidades, pero nadie pide esto de él. Todo lo que se necesita en los grados es repetir lo que se ha leído. Y en cuestión de escuelas de música, todo lo que se necesita es tocar. Es cuando el hábito de embutir el conocimiento aparece.
Si el punto de fuga para nueva información no está listo, no hay posibilidad para una memorización consciente. Entonces la memoria comienza a trabajar mecánicamente, usando el camino de completar lo desconocido al nivel de memoria muscular. Los escalones que dan soporte a la experiencia han desaparecido! Esta información desconocida simplemente está colgando en el aire. Solamente hay una escapatoria: memorización completa sin entenderla. Esto es embutirse la información, regulada por una agresiva e involuntaria memorización de nueva información.
Durante las clases de piano, embutirse el conocimiento es una práctica común. Para liberarse del tormento de leer notas del papel, los alumnos memorizan canciones de oído y con sus dedos, usando la memoria muscular. He leído muchas veces que muy respetados educadores recomiendan que los alumnos aprendan nueva música no leyéndola sino ¡embutiéndosela parte por parte, de memoria! ¿De dónde vienen estos métodos? Solamente de nuestra inhabilidad de enseñar a los niños a leer fluidamente notas ¿Qué les ofrecen a los alumnos? una suspensión en el aire caricaturizada. Sin procesar, piezas que son ejecutadas se borran de la memoria sin posibilidad de retomarlas. Habiendo tocado una pieza en un concierto académico y aún recibiendo altas calificaciones, una persona la olvida y no está en condiciones de recuperarla. Sin un punto de fuga visual y sin escuchar internamente la notación musical, la pieza ejecutada es desechada. La memoria muscular y auditiva no son capaces de obtener toda la información musical y se pierde rápidamente.
La percepción es libre por naturaleza. No le gusta ser forzada o atada con lo que le es incomprensible y sin duda luchará en su contra. Información embutida, sin encontrar aplicación, es expulsada de la memoria. Debido a esto, la efectividad del embutido es inversamente proporcional a la intensidad de trabajo efectuado.
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22. Embutiendo la Información: Cuando uno no tiene ya
nada más de qué depender
nada más de qué depender
Una persona tiene muchos canales de percepción – una enorme oleada de información viene fundamentalmente del exterior a través de los órganos sensoriales. Tratamos de nombrar todo en lo que nos fijamos – damos a cada suceso un nombre y recopilamos definiciones. Memorizando y dándoles voz a estas palabras, es como si hiciéramos estos sucesos parte de nosotros mismos, parte de nuestra conciencia. Todo lo que es pronunciado y nombrado se guarda en nuestra memoria en forma de imágenes familiares. Específicamente con la ayuda de estas imágenes podemos pensar. Podemos razonar y especular usando nuestra imaginación. Y entonces aparece el deseo de influenciar el orden de los eventos – una urgencia de crear.
El aprendizaje de algo nuevo conlleva un gradual incremento en conocimiento y experiencia. Todos sabemos esto, pero solamente el pedagogo excepcional realmente lo entiende. La principal palabra aquí es “gradual”. El principio de gradualidad está en la base de cualquier educación. Literalmente significa que cada paso o habilidad debe ser adquirida completamente, ejercitada hasta la condición de libre aplicación. Y si esto no ha sucedido todavía; continuar, ir por algo nuevo es antinatural e inaceptable. La progresión significa que cada alumno, únicamente, de acuerdo a sus propias peculiaridades, defina la velocidad a la cual aprenderá algo nuevo. El problema en la educación surge sólo cuando el profesor comienza a pedir aquello que no es posible, aún no desarrollado e incompleto.
Nueva información es aceptada solamente cuando estamos listos para ella. Algo nuevo que aprender debe ser un desarrollo lógico del conocimiento ya adquirido. Un nuevo ejercicio es una consecuencia directa de habilidades que ha se han trabajado. Aquello que ya ha sido adaptado es el único soporte para algo nuevo. Cualquier cosa que no ha sido adaptada es rechazada por nuestra percepción; para nosotros, lo que es ajeno es simplemente peso muerto.
Cuando se asimila algo nuevo, se añade otro escalón a la escalera que se está construyendo, elevándola un peldaño hacia arriba. Antes de afianzar el nuevo escalón no se puede poner peso sobre él. Claro que es posible forzar a una persona a pararse en este escalón – pero ella simplemente se deslizará y caerá.
Nuestras tradicionales clases de músicas están llenas de tropiezos y caídas! Mantener las manos de cierta manera, sentarse derechos, dirigir la mirada a la partitura, tocar sin errores y dinámicamente; el profesor pide que el alumno haga todo esto al mismo tiempo sin darle la oportunidad de desarrollar al menos una de estas habilidades! Si solamente le brindara la oportunidad con alguna de estas por un lapso de tiempo hasta dominarla.
Un buen ejemplo de aprendizaje gradual es el uso de cubos alfabéticos cuando se enseñan las letras. Aquí esta el cubo con la figura de una manzana. El símbolo junto a la manzana es una clase de letra. El niño ya sabe cómo es una manzana y sabe decir la palabra “manzana”, también sabe que la letra “M” existe en el alfabeto. Esto lo ha escuchado y entendido desde hace un tiempo y este es su soporte, su “escalón” en la escalera. Ahora lo que falta es dar el otro paso hacia el siguiente escalón y saber cuál es el nombre del cubo. La figura de la manzana es un indicio. El nombre de la letra es la respuesta a la pregunta a la cual el niño puede responder. Esto es por lo cual la respuesta es percibida y se convierte en parte de su experiencia.
De todos modos, el tiempo para los cubos se termina pronto; cuando el niño va a la escuela, entra rápidamente en el mundo de los “programas de educación”. Qué gradualidad hay aquí! Después de la educación primaria, una catarata de información cae sobre el niño. No hay tiempo para dominar estas habilidades, pero nadie pide esto de él. Todo lo que se necesita en los grados es repetir lo que se ha leído. Y en cuestión de escuelas de música, todo lo que se necesita es tocar. Es cuando el hábito de embutir el conocimiento aparece.
Si el punto de fuga para nueva información no está listo, no hay posibilidad para una memorización consciente. Entonces la memoria comienza a trabajar mecánicamente, usando el camino de completar lo desconocido al nivel de memoria muscular. Los escalones que dan soporte a la experiencia han desaparecido! Esta información desconocida simplemente está colgando en el aire. Solamente hay una escapatoria: memorización completa sin entenderla. Esto es embutirse la información, regulada por una agresiva e involuntaria memorización de nueva información.
Durante las clases de piano, embutirse el conocimiento es una práctica común. Para liberarse del tormento de leer notas del papel, los alumnos memorizan canciones de oído y con sus dedos, usando la memoria muscular. He leído muchas veces que muy respetados educadores recomiendan que los alumnos aprendan nueva música no leyéndola sino ¡embutiéndosela parte por parte, de memoria! ¿De dónde vienen estos métodos? Solamente de nuestra inhabilidad de enseñar a los niños a leer fluidamente notas ¿Qué les ofrecen a los alumnos? una suspensión en el aire caricaturizada. Sin procesar, piezas que son ejecutadas se borran de la memoria sin posibilidad de retomarlas. Habiendo tocado una pieza en un concierto académico y aún recibiendo altas calificaciones, una persona la olvida y no está en condiciones de recuperarla. Sin un punto de fuga visual y sin escuchar internamente la notación musical, la pieza ejecutada es desechada. La memoria muscular y auditiva no son capaces de obtener toda la información musical y se pierde rápidamente.
La percepción es libre por naturaleza. No le gusta ser forzada o atada con lo que le es incomprensible y sin duda luchará en su contra. Información embutida, sin encontrar aplicación, es expulsada de la memoria. Debido a esto, la efectividad del embutido es inversamente proporcional a la intensidad de trabajo efectuado.
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18 Feb 2015 20:56 #18060
by hellene
UNA HISTORIA ACERCA DE MI PRIMERA POPO
La música es un lenguaje creado para transmitir pensamientos musicales. Para usarla, la teoría no ayuda; aquí uno necesita control sobre varias habilidades. La destreza de escuchar, leer y comprender y tener pensamiento creativo son grupos diferentes.
La alfabetización musical no es un código de leyes sino una habilidad práctica de cada día para traducir libremente los sonidos en notación musical y vice versa. A este respecto no hay una gran diferencia entre música y discurso; si traducimos palabras en letras o sonidos en notas, el proceso sigue siendo el mismo. En ambos casos, la voz humana sirve como el principal intermediario, el punto focal. Tanto el discurso verbal como el musical se familiarizan, antes que nada, a través de la voz.
Existen cuatro etapas de aprendizaje:
Etapa de Pronunciación. Pronunciamos lo que leemos con
nuestra voz, letra por letra y después sílaba por sílaba. Ya sabemos y conocemos las palabras que se leen en voz alta y la voz las puede articular – este es nuestro “punto de fuga.” Nuestra tarea es conectar la letra (símbolo) con su percepción en la garganta y a un nivel de auditorio. Esto fija las letras en nuestra conciencia. El resultado es la habilidad de vocalizar lo que se lee.
Etapa de locución silenciosa. Cambiamos de leer a través
de la percepción externa a hacerlo en nuestras mentes. Podemos recordar cómo las palabras suenan cuando leemos en voz alta; este es nuestro “punto de fuga.” La voz ha completado su rol y ha pasado la batuta a la conciencia. Nuestra nueva tarea es trabajar nuestro diccionario mental de sonidos y letras. El resultado es la habilidad de leer las palabras y oraciones dentro de la mente. Al mismo tiempo, trabajamos la destreza de trazar y aprender a escribir lo que escuchamos o leemos.
Etapa gramatical. Empezamos a recibir más volumen de
información y necesitamos aclaración. Palabras y oraciones se escriben siguiendo estrictas y precisas reglas. Ha llegado el momento de aprender reglas. El punto de fuga ahora es un diccionario mental a la mano. La asignación es perfeccionar la escritura de las palabras en el diccionario. Para esto uno no solamente necesita aprender las reglas sino también debe escribir listas y dictados de oído.
Etapa Creativa. La alfabetización completada se convierte en una base estable para el pensamiento desarrollado y la autoexpresión en el lenguaje que ya se domina. Ahora, podemos estudiar seriamente diferentes estilos literarios, improvisar y componer. Habiendo dominado el lenguaje, podemos tener nuestra propia influencia sobre él y comunicarnos en el con otros lectores.
Estas etapas son naturales para la percepción y todos los alumnos aprenden el lenguaje de esta forma. Ahora, con la música, por alguna razón, todo es completamente opuesto. La disposición psicológica de los alumnos que llenan clases de música no es de ninguna manera extraterrestre, ¡sin embargo el sistema de educación musical está construido de cabeza! Aquí, los alumnos comienzan con la etapa creativa, con un énfasis en las leyes y reglas. Después cambian a lectura mental de las partituras sin incluir en ningún momento la voz. Finalmente, sólo después de esto llegan a la etapa de pronunciación, si es que ellos pudieron llegar hasta aquí. Sin unir sonidos a la voz y al oído, sin contar con un ‘diccionario’ mental adquirido de sonidos y notas, los maestros piden que el niño toque un instrumento y más aún, ¡vigilan su interés, dinámica, ritmo y colocación de manos! Esta manera de enseñar al revés acaba con todos los puntos de apoyo del alumno. Está colgando en el aire y deja de ver lo que está haciendo y hacia dónde se dirige. Su concentración está en no molestar al maestro. Solamente hay un escape: memorización mecánica.
Hay otro absurdo en nuestro sistema de educación: la preparación artificial de las habilidades. Cuando aprendemos a leer palabras, dependemos del oído, lectura en voz alta, visión y coordinación todo al mismo tiempo. Y por supuesto, una persona no puede leer palabras en voz alta si nunca las ha visto o escuchado y si no ha usado sus cuerdas vocales. Todo esto en clases de música no se toma en cuenta. Un día los niños son enseñados a memorizar las notas y las teclas y el siguiente, son enseñados a tocar sin ni siquiera haber cantado, después a cantar sin acompañamiento y posteriormente a tocar ejercicios sin cantar o leer las notas. En lugar de ayudar al niño a unir las habilidades; estas compiten y entran en conflicto en posición de prioridad. Si estas destrezas son separadas artificialmente, deberemos más tarde, meticulosamente unirlas de nuevo en “una familia feliz.”
Constantemente observo personas cuya técnica de las manos no está bien conectada a su oído, o que sus voces no son capaces de cantar lo que sus ojos ven. Este caos es el resultado de una laceración metódica de la percepción combinada de la música. La naturaleza del lenguaje musical demanda una perfecta armonía entre los órganos sensoriales y motores. Cada fracción de segundo leyendo notas musicales es un completo bloque de percepciones y reacciones. La visión, los símbolos, el sonido interno, la garganta, la voz, el oído, la calidad del sonido – en cualquier lenguaje, todas estas cosas trabajan al mismo tiempo. Si se han trabajado lo suficiente, fácilmente podemos hacer música. Pero si esto no ha sucedido, luchamos de nota en nota a la velocidad de una tortuga.
Detenernos en cada nota para encontrar su tecla, dividir el texto musical como si fuera la frondosa jungla de Columbia, no estamos en la posición de escuchar o entender y analizar lo que estamos tocando. Estas actividades aportan casi nada al desarrollo musical. Lo más común de las escuelas de música es el suspiro de alivio después del recital final cuando se guarda el instrumento concluyendo el largo castigo que ha sido soportado con mucho sufrimiento.
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23. Las Etapas Ignoradas del Aprendizaje
[/b]UNA HISTORIA ACERCA DE MI PRIMERA POPO
La música es un lenguaje creado para transmitir pensamientos musicales. Para usarla, la teoría no ayuda; aquí uno necesita control sobre varias habilidades. La destreza de escuchar, leer y comprender y tener pensamiento creativo son grupos diferentes.
La alfabetización musical no es un código de leyes sino una habilidad práctica de cada día para traducir libremente los sonidos en notación musical y vice versa. A este respecto no hay una gran diferencia entre música y discurso; si traducimos palabras en letras o sonidos en notas, el proceso sigue siendo el mismo. En ambos casos, la voz humana sirve como el principal intermediario, el punto focal. Tanto el discurso verbal como el musical se familiarizan, antes que nada, a través de la voz.
Existen cuatro etapas de aprendizaje:
Etapa de Pronunciación. Pronunciamos lo que leemos con
nuestra voz, letra por letra y después sílaba por sílaba. Ya sabemos y conocemos las palabras que se leen en voz alta y la voz las puede articular – este es nuestro “punto de fuga.” Nuestra tarea es conectar la letra (símbolo) con su percepción en la garganta y a un nivel de auditorio. Esto fija las letras en nuestra conciencia. El resultado es la habilidad de vocalizar lo que se lee.
Etapa de locución silenciosa. Cambiamos de leer a través
de la percepción externa a hacerlo en nuestras mentes. Podemos recordar cómo las palabras suenan cuando leemos en voz alta; este es nuestro “punto de fuga.” La voz ha completado su rol y ha pasado la batuta a la conciencia. Nuestra nueva tarea es trabajar nuestro diccionario mental de sonidos y letras. El resultado es la habilidad de leer las palabras y oraciones dentro de la mente. Al mismo tiempo, trabajamos la destreza de trazar y aprender a escribir lo que escuchamos o leemos.
Etapa gramatical. Empezamos a recibir más volumen de
información y necesitamos aclaración. Palabras y oraciones se escriben siguiendo estrictas y precisas reglas. Ha llegado el momento de aprender reglas. El punto de fuga ahora es un diccionario mental a la mano. La asignación es perfeccionar la escritura de las palabras en el diccionario. Para esto uno no solamente necesita aprender las reglas sino también debe escribir listas y dictados de oído.
Etapa Creativa. La alfabetización completada se convierte en una base estable para el pensamiento desarrollado y la autoexpresión en el lenguaje que ya se domina. Ahora, podemos estudiar seriamente diferentes estilos literarios, improvisar y componer. Habiendo dominado el lenguaje, podemos tener nuestra propia influencia sobre él y comunicarnos en el con otros lectores.
Estas etapas son naturales para la percepción y todos los alumnos aprenden el lenguaje de esta forma. Ahora, con la música, por alguna razón, todo es completamente opuesto. La disposición psicológica de los alumnos que llenan clases de música no es de ninguna manera extraterrestre, ¡sin embargo el sistema de educación musical está construido de cabeza! Aquí, los alumnos comienzan con la etapa creativa, con un énfasis en las leyes y reglas. Después cambian a lectura mental de las partituras sin incluir en ningún momento la voz. Finalmente, sólo después de esto llegan a la etapa de pronunciación, si es que ellos pudieron llegar hasta aquí. Sin unir sonidos a la voz y al oído, sin contar con un ‘diccionario’ mental adquirido de sonidos y notas, los maestros piden que el niño toque un instrumento y más aún, ¡vigilan su interés, dinámica, ritmo y colocación de manos! Esta manera de enseñar al revés acaba con todos los puntos de apoyo del alumno. Está colgando en el aire y deja de ver lo que está haciendo y hacia dónde se dirige. Su concentración está en no molestar al maestro. Solamente hay un escape: memorización mecánica.
Hay otro absurdo en nuestro sistema de educación: la preparación artificial de las habilidades. Cuando aprendemos a leer palabras, dependemos del oído, lectura en voz alta, visión y coordinación todo al mismo tiempo. Y por supuesto, una persona no puede leer palabras en voz alta si nunca las ha visto o escuchado y si no ha usado sus cuerdas vocales. Todo esto en clases de música no se toma en cuenta. Un día los niños son enseñados a memorizar las notas y las teclas y el siguiente, son enseñados a tocar sin ni siquiera haber cantado, después a cantar sin acompañamiento y posteriormente a tocar ejercicios sin cantar o leer las notas. En lugar de ayudar al niño a unir las habilidades; estas compiten y entran en conflicto en posición de prioridad. Si estas destrezas son separadas artificialmente, deberemos más tarde, meticulosamente unirlas de nuevo en “una familia feliz.”
Constantemente observo personas cuya técnica de las manos no está bien conectada a su oído, o que sus voces no son capaces de cantar lo que sus ojos ven. Este caos es el resultado de una laceración metódica de la percepción combinada de la música. La naturaleza del lenguaje musical demanda una perfecta armonía entre los órganos sensoriales y motores. Cada fracción de segundo leyendo notas musicales es un completo bloque de percepciones y reacciones. La visión, los símbolos, el sonido interno, la garganta, la voz, el oído, la calidad del sonido – en cualquier lenguaje, todas estas cosas trabajan al mismo tiempo. Si se han trabajado lo suficiente, fácilmente podemos hacer música. Pero si esto no ha sucedido, luchamos de nota en nota a la velocidad de una tortuga.
Detenernos en cada nota para encontrar su tecla, dividir el texto musical como si fuera la frondosa jungla de Columbia, no estamos en la posición de escuchar o entender y analizar lo que estamos tocando. Estas actividades aportan casi nada al desarrollo musical. Lo más común de las escuelas de música es el suspiro de alivio después del recital final cuando se guarda el instrumento concluyendo el largo castigo que ha sido soportado con mucho sufrimiento.
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18 Feb 2015 21:04 - 18 Feb 2015 21:05 #18061
by hellene
El sistema actual de educación musical, aceptado por muchos maestros en varias partes del mundo, paraliza una población de alumnos tras otra y causa daño incurable a la música del mundo. Mientras esto continua, ¡no hay palabra que pueda salvar a la música! Cada educador que comienza enseñando con la REPRESENTACIÓN ALFABÉTICA de las notas debería saber cómo está amenazando la percepción musical del alumno con ejecución y lo discapacita. ¿Por qué? Porque el sistema alfabético excluye la voz del proceso esencial de desarrollo musical.
Una letra es un símbolo gráfico abstracto del sistema secundario de señales y el sonido es una ocurrencia fonética del primer sistema de señales. El tono de un sonido y el símbolo gráfico no tienen relación física entre ellos pero pueden estar unidos, si el símbolo se pronuncia o se vocaliza. La voz de una persona es el vínculo entre sonidos y símbolos abstractos. Es específico porque cada letra y sonido tienen un nombre articulados. Esto crea una relación entre sonidos y símbolos; solamente la voz puede pasar a un nombre para letras o notas. Tanto el discurso como la música nacieron en la garganta humana. Solamente la voz de una persona puede cantar y nombrar una nota al mismo tiempo. Además únicamente la voz puede conectar la percepción de un símbolo y su sonido en un único todo.
El sistema alfabético fue creado para simplificación de actividades musicales separadas y específicas. Como explicaré en la siguiente sección, es muy incómodo cantar notas con este sistema que excluye la voz del proceso de familiarización de notas. De este modo se apoya en un proceso de pensamiento músico-analítico ya establecido y en una memoria desarrollada. Su aplicación en educación musical es el intento menos natural de conectar sonidos y símbolos sin la participación de la voz. La selección de las “símbolos nota” aquí es incidental – es simplemente el orden mecánico de las letras en el alfabeto. En este caso, la calidad más importante del discurso musical sufre – su naturaleza articulatoria; a diferencia de las sílabas de Solfeo , vocalizar letras es antinatural e incómodo para la voz.
Sin leer las notas en voz alta, los alumnos simplemente no pueden unir los sonidos a sus representaciones visuales. Incluso los maestros están convencidos sobre esta extraña practica de santidad. Autoritariamente declaran que es simplemente “!parte de la dificultad y sufrimiento, sin los cuales el progreso musical no es posible!” Por otro lado, los pequeños que son enseñados a cantar con Solfeo mientras aprenden a tocar canciones, rápidamente progresan en una multitud de piezas complejas y sin ninguno de esos “inescapables” sufrimientos. Esto se reveló ser muy sencillo – fue suficiente encontrar los caminos naturales de percepción y desarrollo de discurso.
El Sistema Alfabético demanda un conocimiento confiado de letras, lo que hace enseñar música a los preescolares muy difícil ¡Estamos perdiendo un periodo muy importante de desarrollo! A los 3-4 años una persona puede ya cantar, tocar y leer notas y no solamente desarrollar aquellas habilidades musicales, sino su mente para el estudio exitoso de otras materias académicas.
El Sistema Alfabético no es lo único que confunde y que es un lastre en las clases tradicionales de piano para los alumnos. La educación musical estrangula a aquellos que la necesitan más: personas con un oído musical subdesarrollado. Aquí justo como en la jungla solamente sobrevive el más apto; aquellos que han recibido el don del talento. Pasando rápidamente a través de las primeras etapas de desarrollo, estos suertudos dotados prácticamente se hacen solos. Sin embargo, personas con tal talento son escasas.
El resto de nosotros graduados de escuelas de música sin ni siquiera dominar todas las habilidades necesarias para construir una base sólida, nos convertimos en discapacitados musicales. Existen dos tipos de discapacitados: Los lectores y los Oyentes.
Los Lectores son aquellos que se embuten y memorizan todo para llegar a un lectura mecánica perfecta del texto. Ellos son los músicos que pueden leer con fluidez de la partitura pero no pueden tocar de oído, componer o improvisar. Ellos experimentan una constante dependencia de la partitura. Esto es natural – en el proceso de lectura mecánica, ni el oído o el pensamiento musical están desarrollados.
Los Oyentes son aquellos que tienen un oído musical bien desarrollado y memoria musical. Memorizan música más rápido de lo que pueden leerla por notas. Músicos que pueden fácilmente improvisar, tocar de oído, no pueden leer libremente partituras.
Ambos grupos están cortados a la mitad de su potencial de habilidades musicales. Imaginemos una ciudad donde la mitad de los residentes no puede usar sus piernas y la otra mitad ha jurado nunca usar sus brazos. Nuestros músicos son justo como ellos. Los Lectores se limitan exclusivamente a música que ha sido escrita y nunca prueban la creatividad musical. A menudo no pueden continuar tocando una pieza cuando olvidan un acorde o varias notas. Una persona tartamudea en el mismo modo si ha memorizado un texto en una lengua extranjera. Los Oyentes, en contraste, no pueden leer lo que se ha escrito, estrechando su horizonte musical a una experiencia personal de auditorio. Frecuentemente ellos componen lo que ya ha sido escrito. Y aún habiendo compuesto algo muy interesante, están limitados a los géneros simples, sin escribir, la composición de música compleja no es posible.
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24. ¿De dónde viene “Discapacitado Musical”?
[/b]El sistema actual de educación musical, aceptado por muchos maestros en varias partes del mundo, paraliza una población de alumnos tras otra y causa daño incurable a la música del mundo. Mientras esto continua, ¡no hay palabra que pueda salvar a la música! Cada educador que comienza enseñando con la REPRESENTACIÓN ALFABÉTICA de las notas debería saber cómo está amenazando la percepción musical del alumno con ejecución y lo discapacita. ¿Por qué? Porque el sistema alfabético excluye la voz del proceso esencial de desarrollo musical.
Una letra es un símbolo gráfico abstracto del sistema secundario de señales y el sonido es una ocurrencia fonética del primer sistema de señales. El tono de un sonido y el símbolo gráfico no tienen relación física entre ellos pero pueden estar unidos, si el símbolo se pronuncia o se vocaliza. La voz de una persona es el vínculo entre sonidos y símbolos abstractos. Es específico porque cada letra y sonido tienen un nombre articulados. Esto crea una relación entre sonidos y símbolos; solamente la voz puede pasar a un nombre para letras o notas. Tanto el discurso como la música nacieron en la garganta humana. Solamente la voz de una persona puede cantar y nombrar una nota al mismo tiempo. Además únicamente la voz puede conectar la percepción de un símbolo y su sonido en un único todo.
El sistema alfabético fue creado para simplificación de actividades musicales separadas y específicas. Como explicaré en la siguiente sección, es muy incómodo cantar notas con este sistema que excluye la voz del proceso de familiarización de notas. De este modo se apoya en un proceso de pensamiento músico-analítico ya establecido y en una memoria desarrollada. Su aplicación en educación musical es el intento menos natural de conectar sonidos y símbolos sin la participación de la voz. La selección de las “símbolos nota” aquí es incidental – es simplemente el orden mecánico de las letras en el alfabeto. En este caso, la calidad más importante del discurso musical sufre – su naturaleza articulatoria; a diferencia de las sílabas de Solfeo , vocalizar letras es antinatural e incómodo para la voz.
Sin leer las notas en voz alta, los alumnos simplemente no pueden unir los sonidos a sus representaciones visuales. Incluso los maestros están convencidos sobre esta extraña practica de santidad. Autoritariamente declaran que es simplemente “!parte de la dificultad y sufrimiento, sin los cuales el progreso musical no es posible!” Por otro lado, los pequeños que son enseñados a cantar con Solfeo mientras aprenden a tocar canciones, rápidamente progresan en una multitud de piezas complejas y sin ninguno de esos “inescapables” sufrimientos. Esto se reveló ser muy sencillo – fue suficiente encontrar los caminos naturales de percepción y desarrollo de discurso.
El Sistema Alfabético demanda un conocimiento confiado de letras, lo que hace enseñar música a los preescolares muy difícil ¡Estamos perdiendo un periodo muy importante de desarrollo! A los 3-4 años una persona puede ya cantar, tocar y leer notas y no solamente desarrollar aquellas habilidades musicales, sino su mente para el estudio exitoso de otras materias académicas.
El Sistema Alfabético no es lo único que confunde y que es un lastre en las clases tradicionales de piano para los alumnos. La educación musical estrangula a aquellos que la necesitan más: personas con un oído musical subdesarrollado. Aquí justo como en la jungla solamente sobrevive el más apto; aquellos que han recibido el don del talento. Pasando rápidamente a través de las primeras etapas de desarrollo, estos suertudos dotados prácticamente se hacen solos. Sin embargo, personas con tal talento son escasas.
El resto de nosotros graduados de escuelas de música sin ni siquiera dominar todas las habilidades necesarias para construir una base sólida, nos convertimos en discapacitados musicales. Existen dos tipos de discapacitados: Los lectores y los Oyentes.
Los Lectores son aquellos que se embuten y memorizan todo para llegar a un lectura mecánica perfecta del texto. Ellos son los músicos que pueden leer con fluidez de la partitura pero no pueden tocar de oído, componer o improvisar. Ellos experimentan una constante dependencia de la partitura. Esto es natural – en el proceso de lectura mecánica, ni el oído o el pensamiento musical están desarrollados.
Los Oyentes son aquellos que tienen un oído musical bien desarrollado y memoria musical. Memorizan música más rápido de lo que pueden leerla por notas. Músicos que pueden fácilmente improvisar, tocar de oído, no pueden leer libremente partituras.
Ambos grupos están cortados a la mitad de su potencial de habilidades musicales. Imaginemos una ciudad donde la mitad de los residentes no puede usar sus piernas y la otra mitad ha jurado nunca usar sus brazos. Nuestros músicos son justo como ellos. Los Lectores se limitan exclusivamente a música que ha sido escrita y nunca prueban la creatividad musical. A menudo no pueden continuar tocando una pieza cuando olvidan un acorde o varias notas. Una persona tartamudea en el mismo modo si ha memorizado un texto en una lengua extranjera. Los Oyentes, en contraste, no pueden leer lo que se ha escrito, estrechando su horizonte musical a una experiencia personal de auditorio. Frecuentemente ellos componen lo que ya ha sido escrito. Y aún habiendo compuesto algo muy interesante, están limitados a los géneros simples, sin escribir, la composición de música compleja no es posible.
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Last edit: 18 Feb 2015 21:05 by hellene.
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