Todos podemos ser Músicos: Defensa de la Música

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Un día en Ucrania, un profesor llegó a visitar nuestro preescolar y tomó bastante tiempo para explicar al grupo de los más grandes acerca del escritor altamente respetado León Tolstoy . Después de la clase, uno de los profesores decidió preguntar a los niños qué habían retenido de la exposición. ¡Todos los niños con entusiasmo expresaron ideas acerca de un león gordo y aún de un tigre que es gordo! Esta anécdota nos sirve para explicar cómo “El Gran Pentagrama es comprendido por el principiante, como “La Guerra y la Paz” es entendida por un alumno de preescolar. Debido a esto, bajo ninguna circunstancia los colores y las formas deben ser abolidos completamente de las clases.

El gran pentagrama y sus notas son totalmente desconocidas para la percepción visual del principiante. En cambio, sí está familiarizado con los colores y algunas imágenes desde hace mucho. ¿Qué tienen en común las imágenes con la gramática musical? Tienen un lenguaje en común – el lenguaje de las gráficas. Una imagen colorida puede ser una guía, especialmente para la percepción visual de la partitura.
La principal dificultad en leer música es que conlleva un acercamiento totalmente nuevo para leer información gráfica. Es difícil para un maestro ver el problema; él no entiende que la visión del alumno busca algo ya conocido. El principiante, antes que nada, busca una analogía que le sea familiar, como leer de un libro. Más seguido de lo que se cree, los principiantes miran la partitura y la ven como “un libro para notas” y tratan de leer las notas mientras siguen las mismas reglas gráficas… y caen en la trampa.

Todas las letras del alfabeto son gráficamente diferentes y pueden ser memorizadas separadamente al compararlas entre ellas. Las notas son círculos idénticos, gráficamente muy similares entre ellas, y se memorizan mejor dentro de un sistema.

Justo como con las letras, el principiante busca distinguir características en las notas. Y lo primero que brinca a sus ojos es su variada “ornamentación:” blancas, vacías (notas completas y medias), y negras (octavas, cuartas, dieciseisavas). Por lo tanto, con una ojeada, deja afuera otra diferencia “importante”: algunas notas tienen “cola” y otras no. La percepción deduce que estos pequeños círculos se distinguen por su cola o colores, y que uno debe enfocarse en esto. Inmediatamente, un filtro cae sobre lo que es percibido: colores y “colas”, cuando en realidad estos son solamente símbolos de ritmo. Muchas veces, los niños tocan dos teclas separados en el piano cuando ven dos notas del mismo tono pero con diferente duración (“ornamentación”).

La representación gráfica de la calidad más importante de las notas; su tono, casi no se percibe. Las notas en líneas y entre ellas casi no se distinguen. Después de todo, la pequeña línea a través de la mitad apenas si se ve. Aun un adulto tiene problemas de notar la diferencia algunas veces; ¿qué podemos decir de un niño?

Las gráficas para el ritmo en notación musical aparecen más oscuras y son recordadas más fácilmente que las gráficas para los tonos de las notas. Entonces, a la persona le falta lo más importante: el tono de los sonidos. Por eso la habilidad de distinguir las notas por su tono debe dominarse antes que los ejercicios de ritmo en las clases. Esto es lo que después de todo, necesita el desarrollo de coordinación natural.

Mientras aprendemos a tocar un instrumento o a cantar, una persona pasa por cuatro etapas de desarrollo:

1. Coordinación: El alumno aprende las notas y la correcta secuencia del texto musical. La meta es tocar sin errores. Al igual que cualquier otra percepción de espacio, debemos primero entender en qué direcciones se pueden mover las notas y qué trayecto pueden seguir.
2. Organización Rítmica. El alumno comienza trabajando en el ritmo del texto musical. Idealmente, aprende a tocar la canción sin tropiezos y sin pausas innecesarias. Esto significa que el niño se ha familiarizado con el espacio musical y ha alcanzado un sentido de “equilibrio,” y puede comenzar a trabajar en su movimiento dentro de él. Esto conlleva cambiar velocidades espontáneamente, pese al disgusto de los adultos.
3. Organización métrica. El alumno trabaja en el tempo; el pulso de la música, intentando tocar sin detenerse. Ahora sus movimientos en el espacio musical son más conscientes y organizados y la velocidad de sus pasos es deliberadamente calculada.
4. Ejecución: El alumno trabaja en la dinámica y los matices del trabajo musical. Habiendo dominado las habilidades básicas de movimiento en el espacio, el niño está listo para la creatividad. Él puede aprender gimnasia, baile, judo, etc., con gusto.

Es mi intención centrar su atención en el hecho que estas etapas conforman una pirámide de habilidades. Las más altas se construyen sobre las de abajo. Por supuesto, al paso del tiempo, las habilidades comienzan a crecer juntas, desarrollándose al mismo tiempo. Sin embargo, debe uno tener en mente que mientras la etapa anterior no se ha trabajado lo suficiente, el trabajo demandado para la siguiente etapa es un rompimiento agudo de la progresión. Mientras el alumno no pueda leer las notas por tono, no puede tocar la secuencia de notas completa. Y mientras no pueda hacer esto, no tiene la coordinación apropiada. Pedirle tocar rítmica y dinámicamente en esta etapa significaría llevarlo a un estado de confusión. Hacer esto anula todos sus esfuerzos para familiarizar a una persona con un instrumento.

Ahora, regresemos a nuestro análisis grafico de la partitura. Las gráficas rítmicas gritan y alertan al principiante con sus colores contrastantes y sus banderas. Las gráficas que indican tono, apenas se notan, y son percibidas más como líneas en un libro, organizados en cincos. Debido a esto muchos alumnos nunca aprenden a leer notas correctamente. La posición gráfica de las notas es derribada por las gráficas del ritmo, y leer el tono no puede lograrse, ya que el profesor raramente se da cuenta de esto.

Algo debe hacerse para que el tono de las notas se vuelva más evidente y visible para los ojos. Los colores pueden ser usados para esta tarea. Los pequeños círculos posicionados unos junto a otros, pueden adquirir algún contraste que ayude con un código de color.

La pregunta es ¿cuantos colores se necesitan para distinguir notas por su altura? Es importante comprender qué necesita el color para advertir a la persona al respecto. He visto muchos intentos de notas de color codificadas, todas tratando de demostrar su diferencia por su altura. Como ya he explicado, esto solamente hace tropezar la percepción de la persona. El color nunca debería ser usado para “explicar” sonido. La ‘bicicleta’ ha sido ya inventada y es el Gran Pentagrama. La asignación de colores, entonces, debería hacer la representación del pentagrama más comprensible, y no a la inversa. Entonces, nosotros necesitamos primeramente trabajar en el desarrollo del foco de atención de la vista con la ayuda de solamente dos colores.

Hablando visualmente, todas las notas están separadas por un simple rasgo: están o en las líneas del pentagrama o entre ellas. La habilidad para diferenciar rápidamente las notas por este rasgo debe ser desarrollada al inicio. Los músicos que son capaces de leer partituras al vuelo, primero toman nota de esta cualidad. Por ejemplo, al ver cinco notas entre las líneas en sucesión, uno no piensa ni siquiera en nombrarlas todas – en cambio, la mano automáticamente salta una tecla entre cada nota que toca. Cuando una nota está en una línea y la otra está en un espacio, los dedos automáticamente saltan un número igual de teclas. Si las notas son homogéneas, los dedos saltan un número impar. La representación de intervalos y acordes está integrada en los dedos, al igual que la habilidad para distinguir notas en líneas de las notas en los espacios. Confunde que nadie se moleste en entrenar con esta habilidad a los principiantes.

Leer la partitura no conlleva “desciframiento” de un texto, pero sí una ingestión subconsciente de la total representación textual, realizada en una mirada. Esto es porque mientras la literatura se lee en una línea a la vez, el texto musical está construido en múltiples líneas. Este tipo de “visión” debería ser inculcado desde el principio en la educación del alumno. La “Visión Textual” es el componente principal de lectura. En clases tradicionales, esta habilidad se forma espontáneamente, si es que se forma.
Generalmente, el trabajo de un alumno en una pieza musical nueva, es un triste asunto. El alumno se “sienta” asiduamente en cada acorde, trabajosamente descifra cada nota y después busca su correspondiente tecla en el instrumento. Esto mata la esencia misma de leer música. Al igual que libros normales, las canciones en partituras deben leerse en un tempo decente, o si no, es imposible entender acerca de lo que se está leyendo.

El problema de leer música puede ser fácilmente resuelto y todavía me sorprende que nadie más haya pensado en una solución. Todo lo que se necesita son dos colores, y los ojos recibirán un magnifico apoyo. La percepción de los colores es una habilidad válidamente dominada (con la rara excepción de los daltónicos), y los colores contrastantes dirigen la atención específicamente a la diferencia gráfica entre notas.

Imaginen que las líneas del pentagrama son sólidas y los intervalos entre ellas son ‘aire’. Yo coloreo las notas sobre las líneas en rojo y las llamo ‘niñas’ por sus “faldas”. Las notas entre las líneas han sido coloreadas en azul y son llamadas ‘niños’. Hasta los niños de dos años entienden que hay dos géneros; para ellos, la separación de las notas en niños y niñas les parece natural. Rápidamente captan esta asociación e inmediatamente responden a ella. Desde los primeros pasos, el principiante recibe una importante directriz: el objetivo de distinguir notas por su posición en el gran pentagrama. Después, esta habilidad le ayudará a aprender los intervalos y acordes.

Para desarrollar el centro de atención visual en notación musical se pueden usar tarjetas especiales que entrenen en una cuenta rápida de los pasos saltados entre notas separadas. Este tipo de entrenamiento es fundamental para leer con rapidez, pero para comprender completamente esto, el profesor debería entender cómo la vista de un alumno aún no preparado, percibe las líneas del pentagrama

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Como ya lo he explicado, las líneas del pentagrama son como un código secreto de espías para los principiantes. Si uno trata de leerlas como las líneas de un libro, se cae en la trampa. En un libro, lo que está entre líneas es espacio vacío. En las partituras, los espacios entre líneas son igual de importantes.

Cuando leemos libros, solamente debemos enfocar nuestra atención en una línea a la vez; en la música, debemos enfocarnos en once como mínimo; cinco líneas y seis espacios, además de líneas suplementarias (y espacios) para notas altas y bajas que deben ser fijadas por la vista simultáneamente.

Las líneas y los espacios en partituras, son igualmente importantes, justo como los cuadros en un tablero de ajedrez. Pero están representados en modos completamente distintos. El espacio negro esta hecho de líneas delgadas y el blanco, comprende el gran espacio entre ellas. Esto confunde a nuestra percepción. Las líneas se perciben como algo importante, como las líneas en un libro. Las notas sobre las líneas parecen ser más prominentes, y para un principiante, esto significa que son más importantes. Las notas en los espacios a su vez, no se distinguen tanto, y son, por lo tanto, consideradas menos importantes. Esta tendencia no es, la que queremos reforzar en nuestros alumnos ¿o lo es? Por ejemplo, esto es por lo cual a los principiantes se les enseña las notas en la primera y segunda línea, “Mi” y “Sol”, son dos teclas que están juntas, como “Mi” y “Fa”. El intervalo entre las líneas (la nota Fa) se asume que es un espacio vacío.

Para evitar que esto ocurra, la notación musical debe tener una apariencia diferente cuando se le enseña a los principiantes. Debemos ampliar las líneas negras para que su grosor corresponda con el de la blanca. Esto da sentido a las dos ‘rutas’ para las notas visualmente iguales, y cuando el principiante no está distraído por la ‘prominencia’ de ciertas notas. La cualidad más importante viene a ser su posición en el pentagrama, la cual es como debería ser, hablando prácticamente.

El proceso de pensamiento de un niño se basa en evidencia concreta. Para entender que 1+1 = 2, el niño debe tomar un palito en cada una de sus manos y después verlos juntos. Para entender que las líneas delgadas y los espacios entre ellas son igualmente líneas del texto, debe ser capaz de ver con sus propios ojos y sentirlo con sus manos. ¿Dónde puede uno tocar y escuchar el pentagrama musical? ¡En las teclas, por supuesto! Las teclas del piano son una extensión natural de las líneas y espacios en una partitura.

Simplemente al ensanchar las líneas del pentagrama musical, ayudamos al niño a solucionar varios problemas de una vez:

1. Entender la lógica del posicionamiento de las notas y desarrollar la percepción de las líneas y los espacios y su significado equitativo.
2. Percibir las representaciones visuales de los intervalos.
3. Ver el alfabeto musical en el pentagrama.
4. Concretizar la teoría musical y vincularla a las manos sobre las teclas.
5. Desarrollar la precisión de los ojos en leer música para leer con fluidez al vuelo.

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El Pentagrama ￚ Esto es lo que verdaderamente importa, ¿no es así?

Desde mi tierna infancia aprendí a contar con la ayuda de mis dedos de las manos y de los pies. Empezando con el meñique de mi mano derecha, podía contar del 1 al 20 y esto se convirtió en una habilidad. Sin este método, hubiera tenido que depender de fuentes externas. Por supuesto, esto hubiera sido posible, pero sin una guía confiable. No habría podido verificar mis cálculos, y no habría jamás tenido confianza para contar.

No fue de inmediato que entendí que las teclas del piano son una extensión visual del gran pentagrama. Nunca nadie me enseñó esto. El mundo de las teclas estaba muy poco conectado al mundo de la partitura en mi conciencia. Pero un día muy feliz, esta visualización giró lateralmente. Quería dar un vistazo a una pieza y accidentalmente puse la hoja de música de lado, con las claves musicales arriba. Miré y de repente vi el Pentagrama Musical como realmente está ￚ “parado en su extremo.” ¡Esta revelación me traspasó como un rayo! En el papel delante de mí, veía las teclas del piano.

Más adelante, descubrí que esta idea no es del todo nueva. Antes de que tuviera esta idea, algunos profesores habían tratado de poner sus pentagramas verticalmente para los principiantes. De este modo, las claves se convertían en una extensión de las líneas y la visión actuaba como apoyo para la coordinación de los dedos. Además, tanto las notas como los dedos se mueven en la misma dirección (izquierda y derecha), la coordinación se hace más clara y el alumno no tiene que preocuparse por voltear el pentagrama en su cabeza.

Antes de desarrollar el programa de computación “Soft Mozart”, imprimí una partitura para mis alumnos con líneas verticales ensanchadas. Un día celebrando el cumpleaños de uno de mis alumnos, llegó una invitada al salón en donde estaba el piano. Sobre el piano se hallaba una partitura vertical de una clase, se trataba de “Martinillo” para ser tocada con ambas manos. La niña se sentó frente al piano y con empeño empezó a tocar la pieza. Fascinada, estuvo una hora en esto, y aprendió a tocar la canción de memoria. Después tocó para los demás, y con desconfianza admitió que nunca antes había tocado el piano ￚ esta había sido su primera experiencia.

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¿Cuántas líneas idénticas se pueden memorizar?
Las diez delgadas líneas del gran pentagrama son apenas distinguibles para el ojo aún no preparado. Es bien sabido que una persona puede seguir no más de siete objetos homogéneos con su mirada. Y siete, solamente, ¡si lo está realmente intentando! Pero los espacios entre las líneas también son ‘líneas’ en notación musical. Se espera que un niño pueda seguir no diez, ¡sino un mínimo de veintidós objetos! Tiene que navegar en una jungla entera de líneas y espacios… y casi sin puntos de referencia.
Para evitar que mis principiantes se pierdan en este laberinto, he numerado cada línea en las llaves de Sol y Fa con los dígitos 1, 2, 3, 4 y 5. La línea suplementaria para el “Do central” tiene el número 0. Contrariamente a la práctica tradicional, las líneas de la llave de Fa son numeradas de arriba abajo, lo que tiene más sentido.

El Pentagrama musical representa un termómetro, con el 0 en el centro. El sistema musical es bastante simétrico, como un espejo o una escala numérica. El segundo “Do” y el “Do” de la octava menor se localizan entre las líneas 3 y 4. He pintado estos espacios de un color azul grisáceo, haciendo ambos “Dos,” lugares de referencia adicional.

De este modo, el gran pentagrama ha sido separado visualmente en cuatro secciones. En cada una de ellas, hay solamente 5-6 líneas y espacios; lo que hace más fácil seguirlas. Con esta imagen el territorio del gran pentagrama es simplificado para familiarizarse con él. Las temibles 10 líneas y 12 espacios que intimidaban, pronto se convierten en espacio ordinario.

Solamente después de familiarizarse con las 22 líneas de notas, se puede empezar a trabajar en las líneas suplementarias. Mientras la habilidad de leer las líneas ordinarias se está trabajando, ¿Cómo es posible que el alumno lea líneas adicionales?

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El siguiente paso para leer fluidamente es colocar el alfabeto de notas en el pentagrama. Y después, en las teclas. He añadido una simple figura a cada nota que fonéticamente dé la pista de su nombre: Do: dona, Re: regalo, Mi: Miel, Fa: Faro, Sol: Sol, La: lápiz, Si: Silla. Así el pentagrama musical se convierte en un verdadero mapa, arreglado entre las notas y las teclas.

Las figuras evocan una habilidad de percepción con la que ya se está familiarizado y la notación musical se vuelve una extensión lógica de esta habilidad. El alfabeto musical a su vez, se convierte en un apoyo para entender la coordinación del sistema de la ubicación de las notas.

Habiendo ‘sobrevivido’ esta transformación, el gran pentagrama es fácilmente comprensible para cualquier principiante. De un sistema abstracto, se ha transformado en una libro claro y lógico de ABC que es completamente adecuado para leerlo por primera vez, para tocar y cantar una canción.

Después de todo, las personas no nacieron siendo músicos. La habilidad de distribuir notas en el gran pentagrama requiere de un entrenamiento extensivo. Para probar esto, hice un cartel con gruesas líneas negras y pedí a mis alumnos colocar círculos de notas en rojo y azul en él en orden. Los preescolares no aprendieron inmediatamente a alternar los círculos rojos y azules en sus líneas y espacios correspondientes. Las más de las veces, saltaban los espacios completamente, colocando los círculos alternándolos solamente en las líneas. Y únicamente después de un entrenamiento regular, aprendieron a leer ambas líneas y espacios sin saltar ninguno. Los niños más grandes, dominaron este ejercicio más rápidamente, pero la mayoría de ellos no entendía en el momento la lógica detrás de las líneas y espacios; les tomó tiempo hacerlo.

Más adelante, desarrollamos un juego especial para computadora llamado “Líneas de Frutas” que fomenta la orientación de las líneas y espacios en el alumno con la ayuda de graficas e interactividad.

Solamente una cierta posición de la nota entre las líneas la hace una nota. Debido a esto, la habilidad para orientarse uno mismo rápidamente entre las líneas del pentagrama es una de las destrezas visuales más importantes. Sin ella, una comprensión rápida del texto musical es absolutamente inconcebible.

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Créanme: cuando uno se sienta por primera vez enfrente de un instrumento ¡parece que se tuvieran muchas manos! El gran pentagrama es como dos libros que se fueran a leer al mismo tiempo. Tiene dos pentagramas: La Clave de Sol y la Clave de Fa. Sus símbolos se sitúan a la izquierda y no son similares entre ellos. Obviamente un principiante no es un profesional. Pensemos en la primera vez que nos sentamos en un carro frente al volante. Hay dos pedales y tres espejos, y se nos dijo que debemos poner atención en todo a la vez ¿Fue esto fácil? Mientras un principiante mira el texto de música, no puede siempre diferenciar entre la Clave de Sol y la Clave de Fa. Y si es un niño, entonces una confusión entre derecha e izquierda se añade a esta ecuación. No todos los niños diferencian la derecha de la izquierda.

Los adultos olvidan los problemas de la infancia rápidamente. Para nosotros, usar nuestras manos izquierda y derecha es una reacción inconsciente. Pero aun así todos los adultos no pueden hacer esto. Es conocimiento común que cuando los campesinos iletrados comenzaron a servir en el Ejército real de Rusia, no podían diferenciar la derecha de la izquierda ¿Cómo podían caminar en formación? Los oficiales cansados de intentar durante el entrenamiento, pensaron en un hábil truco: ataron un trozo de heno a la pierna derecha de los soldados, y uno de paja, a la pierna izquierda. Luego la instrucción era: “Heno! Paja!, Heno! Paja”!

Mi primer profesor de piano también pensó en un modo de ayudarme con mis manos. Primero me preguntó: “¿Con cuál mano escribes?” Esto ayudó… a medias. Levantando mi lápiz con mi mano derecha, contesté muy segura de mi misma: “con la izquierda!” ¿Por qué? Porque las palabras “derecha” e izquierda” son abstractas para un niño. Para entenderlas, el niño necesita una guía de contraste. Memoria muscular (con cuál mano escribo) es una buena referencia… hasta que las manos encuentran por sí mismas las teclas del piano. Yo escribo, por supuesto, con mi mano derecha, ¡pero toco el piano con las dos!

Otra vez, el color se puede usar para ayudar con la diferencia. Si la Clave de Sol y la Clave de Fa se colorean con colores contrastantes, la percepción puede usar esto como un apoyo. El sistema de la Clave de Sol puede fácilmente distinguirse del sistema de la Clave de Fa, y el rol de cada mano se fortalece como resultado.

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La selección de colores cuando se trata de ecuación es tan importante como los colores en el interior de su hogar. No ￚ ¡es aún más importante!

Si el color no actúa como un apoyo de la percepción, entonces se convierte en un obstáculo. O ayuda o entorpece. Esto significa que la selección de colores guías debe basarse en algo específico. Por ejemplo, ¿cuál es el mejor modo para resaltar el contraste entre líneas y espacios? Guido Aretinski primero uso los dedos de sus manos como un “Gran Pentagrama.” De aquí viene la idea para la notación musical existente. Inconscientemente, percibimos las líneas como cuerpo y los espacios entre ellos como ‘aire.’ La selección de color debería preservar estas asociaciones más que crear conflicto entre ellas. Como ya lo he explicado, es natural colocar las notas en las líneas rojas y las notas entre ellas, azules. Estos dos colores no solamente son contrastantes en el espectro de color, sino que responden bien subconscientemente a las asociaciones; sostienen el origen de sus ideas y lo más importante, no cansan la vista.

Después de seleccionar los colores para la clave de Sol y la Clave de Fa, tuve que pensar en otra coa. Los tonos de música gradualmente se vuelven más agudos, Aquí un contraste agudo de color podría confundir al observador y comunicar asociaciones falsas. Necesitaba el tipo de ejemplo de la experiencia personal conde los diferentes colores son una continuación del todo. La imagen ideal es la de un árbol. El tronco y la tierra son cafés, y la corona es verde.

La analogía del árbol es una gran guía de color para el pentagrama musical. Un árbol significa tanto la unidad del sistema musical como un todo, así como la esencia del posicionamiento de sonidos en registros. Las ‘raíces’ pertenecen al registro de los bajos y gradualmente crecen hacia la corona ￚ el registro más alto. Los sonidos del registro más bajo se escriben en líneas suplementarias ￚ estas son las ‘raíces’ del árbol. El registro medio es ‘sólido.’ bajo y rico en la presencia de sobretonos. Este es el ‘tronco.’ Gradualmente, el registro medio se vuelve más y más diáfano en ‘las ramas y hojas.’ Finalmente crece en su más alto registro, más bajo solamente que los ‘pájaros,’ las líneas adicionales en lo alto.